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jueves, 27 de marzo de 2014

Teresa y Enrique ante los retos de su tiempo



Lectura orante: Teresa y Enrique ante los retos de su tiempo
 

A          Ambientación inicial (Canto): Es tiempo de caminar (Paco Padilla)


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1.       1. NOS SITUAMOS


 A todos nos puede parecer que no hay tiempos o circunstancias peores que las que nosotros estamos viviendo. Y es que este es nuestro único tiempo, en el que nos toca actuar y muchas veces nos desborda, nos inquieta, nos paraliza; pero también es nuestro ”tiempo de salvación”, nuestra “historia sagrada” en donde Dios nos llama a dejar nuestra semilla, a sembrar con alegría. 

 La historia humana está llena de situaciones dramáticas, fuertes, riesgosas; en toda época han existido enormes dificultades que han supuesto para aquellos que se sintieron con la vocación de ayudar a transformar su ambiente, un enorme reto que afrontar. Pero no solos, de la mano de Dios y conjuntamente con un grupo de referencia que sirviera de apoyo. 
   
 ¿Cómo vivieron Teresa y Enrique los retos y circunstancias de sus tiempos?. Teresa en el siglo XVI, y Enrique en el XIX español. 

 Ante la realidad de su época también  con enormes problemas, estos dos santos, no se cruzaron de brazos, sino que preparan cada uno desde las posibilidades de su tiempo y dones personales, respuestas que despiertan y movilizan a la gente. Contribuyen a mejorar la perspectiva del momento, desde sus ámbitos de acción e influencia.

  
  TERESA

 No vivió una época fácil. La Iglesia en carne viva sufría la división de Occidente, entre católicos y luteranos. Guerras, incomprensiones, persecuciones de ambos bandos. 

 La inicial conquista de América. También sus hermanos vienen a estas tierras.  A través de un misionero conoce el fondo del problema de los “conquistadores”, se le ha abierto un ventanal clarificador y ella se convierte en una persona con mirada realista hacia el mundo americano, le “duelen” los indios de estas tierras y le encantaría darles a conocer al Dios Padre de todos.

 Vive una serie de prohibiciones oficiales por su condición de mujer, entre ellas la imposibilidad de leer la Biblia y otros libros. Ella protestará reiteradamente  en su libro de Camino contra esto y la marginación de la mujer: “los jueces de este mundo son todos varones, no hay virtud de mujer que no tengan por sospechosa. Algún día ha de haber que se conozcan todos…”


 Teresa mientras escribe y funda sus monasterios, está además en la mira de la terrible Inquisición, siempre a la caza de cualquier pequeño desvío de la “santa doctrina” y no pocas veces sentirá su amenaza. 

 Percibe y por ello escribe y critica otros males de su tiempo, como el culto de la honra (títulos y tratamiento nobiliarios, pureza de sangre…), el afán de dinero y lo que ella etiqueta como búsqueda de deleites: “Querría dar voces (gritar) para dar a entender que engañados están”. Comparte con su padre el rechazo a la esclavitud. En 1577, viene a saber que una esclava quiere ingresar carmelita (de ninguna manera permitido en las órdenes religiosas de su tiempo), escribe rápidamente a la priora de ese Carmelo: ¨”en cuanto a la entrada de esa esclavita, en ninguna manera lo niegue” (Carta 198,5)


Lidera un profundo movimiento eclesial con su reforma a la orden carmelita, tanto de mujeres como de hombres, cosa impensable para su época, porque siente la necesidad impulsada por el Espíritu de dar una respuesta coherente desde la propia vida; la reforma de las estructuras injustas, comienza desde el propio yo y las personas que nos rodean. Esta actitud supone un realismo y concreción inmensos. Pero además extiende su círculo de influencias, a través de sus cartas, sus obras, en las que vierte su experiencia y su magisterio,  las fundaciones y los diversos contactos con todo tipo de gente. Ante las circunstancias negativas de su época, no se queda en lamentos: actúa.


   ENRIQUE

Cruentas y sangrientas guerras signan el siglo XIX español. La decadencia política y social, el empobrecimiento de las masas, la marginación de la mujer, el laicismo y las persecuciones a veces abiertas y otras solapadas contra la Iglesia. Los niños vagando por las calles sin la escolaridad conveniente, entre otros males. 
 Ante las dificultades de una sociedad descristianizada, y los ataques que en todas partes se hacían a la Iglesia, ante la apatía de muchos…., Enrique de Ossó no se queda en vagas lamentaciones. Lanza este grito: ¡Organicémonos nosotros, los que pensamos o queremos pensar de otra manera! (RT 51, 52, 53).


   ¿Cómo organiza Enrique la respuesta a las demandas de su tiempo?:

  • · Se fortalece en el encuentro con Cristo en la oración.
  • · Se forma, porque no se puede salir a la lucha sin oración ni formación, y mientras se forma empieza a actuar.
  • · Atento a los acontecimientos de la época.
  • · Buscando las raíces de los hechos.
  • · Concibiendo planes que madura en la reflexión y el silencio.
  • · Consultando y compartiendo con personas que entienden las  situaciones y pueden ayudar.
  • · Promoviendo grupos y organizaciones desde donde se atiendan las diversas necesidades.
  • · Difundiendo sus ideas a través de los medios de comunicación de su tiempo: periódicos, revistas, panfletos, sermones…
"Uno de los deberes más imperiosos que tenemos en nuestros días los católicos, es la organización. Somos muchos, pero también somos casi siempre juguete de unos pocos que saben emplear mejor sus fuerzas, que se aprovechan de cualquier ocasión, por insignificante que sea, para avanzar y lograr sus fines. Ya lo dijo Jesucristo: “Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz. Y esta falta de unión es mucho más lamentable en nuestra España”.



1.       2. NOS DEJAMOS INTERPELAR POR LA PALABRA DE DIOS, DE TERESA Y ENRIQUE

    PALABRA DE DIOS


“Por obra de los apóstoles se producían en el pueblo muchas señales milagrosas y prodigios. Los creyentes se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón,y nadie de los otros se atrevía a unirse a ellos, pero el pueblo los tenía en gran estima.Más aún, cantidad de hombres y mujeres llegaban a creer en el Señor, aumentando así su número.

La gente incluso sacaba a los enfermos a las calles y los colocaba en camas y camillas por donde iba a pasar Pedro, para que por lo menos su sombra cubriera a alguno de ellos.Acudían multitudes de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo a sus enfermos y a personas atormentadas por espíritus malos, y todos eran sanados.

El sumo sacerdote y toda su gente, que eran el partido de los saduceos, decidieron actuar en la forma más enérgica.

Apresaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero un ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel durante la noche y los sacó fuera, diciéndoles:«Vayan, hablen en el Templo y anuncien al pueblo el mensaje de vida.»En esto llegó uno que les dijo: «Los hombres que ustedes encarcelaron están ahora en el Templo enseñando al pueblo.»

Los trajeron y los presentaron ante el Consejo. El sumo sacerdote los interrogó diciendo:«Les habíamos advertido y prohibido enseñar en nombre de ése (Jesús). Pero ahora en Jerusalén no se oye más que la predicación de ustedes, y quieren echarnos la culpa por la muerte de ese hombre.»Pedro y los apóstoles respondieron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de un madero.Dios lo exaltó y lo puso a su derecha como Jefe y Salvador, para dar a Israel la conversión y el perdón de los pecados.Nosotros somos testigos de esto, y lo es también el Espíritu Santo que Dios ha dado a los que le obedecen.»

Ellos escuchaban rechinando los dientes de rabia y querían matarlos.

Entonces se levantó uno de ellos, un fariseo llamado Gamaliel, que era doctor de la Ley y persona muy estimada por todo el pueblo. Mandó que hicieran salir a aquellos hombres durante unos minutos,y empezó a hablar así al Consejo: «Colegas israelitas, no actúen a la ligera con estos hombres. Por eso les aconsejo ahora que se olviden de esos hombres y los dejen en paz. Si su proyecto o su actividad es cosa de hombres, se vendrá abajo. Pero si viene de Dios, ustedes no podrán destruirla, y ojalá no estén luchando contra Dios.» El Consejo le escuchó y mandaron entrar de nuevo a los apóstoles. Los hicieron azotar y les ordenaron severamente que no volviesen a hablar de Jesús Salvador. Después los dejaron ir.

Los apóstoles salieron del Consejo muy contentos por haber sido considerados dignos de sufrir por el Nombre de Jesús.Y durante todo el día no cesaban de enseñar y proclamar a Jesús, el Mesías, ya sea en el Templo o por las casas”.
            (Hechos de los Apóstoles 5,12 y ss)

   TERESA


  • ·     “Cuando vine a saber los daños causados en Francia por los luteranos, y cuánto crecía esta desventurada secta, me angustié mucho, y como si yo pudiera hacer algo, o fuera algo, lloraba con el Señor y le suplicaba remediase tanto mal. Me parecía que daría mil vidas para salvar un alma de las muchas que veía perderse; y como me vi mujer y ruin, e imposibilitada de hacer nada de provecho en el servicio del Señor, toda mi ansia era −y aún lo es− que, puesto que tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que éstos fuesen buenos. Así decidí hacer lo poquito que puedo y está en mí, que es seguir los consejos evangélicos con toda la perfección posible, y tratar que las poquitas que están aquí hagan lo mismo” (CP. 1,3)

  • · “El mundo está ardiendo, quieren volver a sentenciar a Cristo, como dicen, pues le levantan mil testimonios y quieren poner su Iglesia por el suelo… No, hermanas mías, no es tiempo de tratar con Dios asuntos de poca importancia.” (CP 1,5).
  • “ Oh grandeza de Dios, y cómo mostráis vuestro poder en dar osadía a una hormiga, y cómo Señor mío no queda por vos el no hacer grandes obras los que os aman sino por nuestra cobardía y pusilanimidad, como nunca nos determinamos, sino llenos de mil temores y prudencias humanas, así, Dios mío, no obráis  Vos vuestras maravillas  y grandezas. ¿Quién más amigo de dar, si tuviese a quién?” (Fundaciones 2,7)

     “Oh caridad de los que  verdaderamente aman a este Señor y conocen su condición, qué poco descanso podrán tener, si ven que son un poquito de parte para que un alma sola se aproveche y ame más a Dios, o para darle algún consuelo o para quitarla de algún peligro. Y cuando no puede con obras, con oración, importunando al Señor por las muchas almas que la lastima de ver que se pierden”. (Fundaciones 5.5)

     ENRIQUE


  • ·         “Uno de los deberes más imperiosos que tenemos en nuestros días los católicos, es la organización. Somos muchos, pero también somos casi siempre juguete de unos pocos que saben emplear mejor sus fuerzas, que se aprovechan de cualquier ocasión, por insignificante que sea, para avanzar y lograr sus fines. Ya lo dijo Jesucristo: “Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz. Y esta falta de unión es mucho más lamentable en nuestra España”.

  • ·         Sin embargo, “es para nosotros una verdad que el mal de nuestros días, como la de todos los siglos, no se cura con organizaciones ni asociaciones, así como el mal social y político, no se cura con cartas, constituciones y leyes. El Espíritu es el que vivifica; no la carne o el ropaje exterior, que puede ayudar a dirigir a aquel, pero sin él no será más que letra muerta: palabras, palabras, o a lo sumo, palabras escritas, que sólo se recuerdan para faltar más descaradamente a ellas. Donde hay espíritu de sacrificio, donde reina el espíritu de Dios, fácil cosa es ordenar, organizar, obrar prodigios”.

  • ·         “Y si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?. Es verdad que miles de dificultades nos saldrán al paso; pero la fe y confianza en Dios todo lo supera”. (Revista Teresiana Año V, Num. 51. Diciembre 1876)



1.       3.  REFLEXIONAMOS Y ORAMOS

    1. ¿Qué me impacta desde nuestra propia situación, de la palabra de
        Dios, Teresa y  Enrique?.

    2. ¿Puedes intuir algún orden o jerarquía de procesos en las repuestas
        de estos santos?

    3. ¿Cuáles de sus respuestas crees que son válidas para nuestros
        tiempos?

    4. ¿Qué sientes que te está pidiendo Dios?...

   5. ¿Qué acciones concretas crees que puedes poner en marcha para ayudar a transformar   
         tu propio ambiente?

    6. ¿Te gustaría compartir tu reflexión con otras personas?
 
      Termina con una oración de petición y acción de gracias por las luces que te ha concedido y  pon en manos del Señor toda tu vida y proyectos.

   Disfruta del Corrido de Santa Teresa, por Paco Padilla "Tiempo de Caminar".   











3 comentarios:

  1. Un material que nos guía y nos conforta en la dura realidad que vivimos en Venezuela

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  2. Realmente en cada tiempo debemos hacer lo poquito que hay en nosotros. . Con estos maestros tenemos la clave. . Todo por Jesús.

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  3. Gracias por esta lectura orante muy bien traida.

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