Enrique de Ossó, Compañero de Camino
“De ustedes depende” Con estas palabras finalizando el
siglo XIX, Enrique de Ossó, joven sacerdote de aquel tiempo, encomendaba el
Carisma recibido de Dios para regenerar la sociedad, envuelta en caos y
deterioro moral. Dicho Carisma, lo puso inicialmente en manos de un grupo de
Jóvenes que tenían verdaderos deseos de humanizar su entorno, de vivir
dignamente y lograr un ambiente de armonía, respeto, justicia y solidaridad
para todos sus semejantes.
Y les
ofreció, les confió su descubrimiento: La
AMISTAD DE JESÚS a través de la oración. Dicho descubrimiento lo hizo leyendo a
Teresa de Jesús, Mujer de cinco siglos atrás, que tuvo la sabiduría de
comprender, gustar y dar a conocer su proceso de relación de amistad creciente, con Jesucristo,
Dios y Hombre. A partir de ese momento, Enrique fue APÓSTOL incansable de la
Oración y nos dice con insistencia: DAME CADA DÍA UN CUARTO DE HORA DE ORACIÓN
Y TE DARÉ EL CIELO.
Hoy, Enrique
nos lo dice a todos, todas y cada uno, cada una: DE USTEDES DEPENDE que
nuestros hermanos venezolanos, podamos conocer a Jesús y vivir su amistad. Él
está dentro de cada ser humano, en su corazón, pero desafortunadamente muchos
no lo saben y quienes lo sabemos, a veces, tampoco nos relacionamos personalmente
con Él, como Verdadero Amigo y Salvador que es. ¡Gracias Señor Jesús, por llamarnos nuevamente a
una amistad más profunda y a trabajar con empeño en la extensión de tu Reino!. ¡Concédenos el regalo de poder compartir tu Amistad con quienes
vayas poniendo, día a día, en nuestro camino!.
Hoy 27 de enero,
cuando celebramos su día, deseamos compartir un fragmento de sus SUEÑOS, de aquellos sueños que publicó
en la Revista Teresiana, en enero de 1878, pues Enrique de Ossó, en su gran amor a Santa Teresa de Jesús, desea fervientemente
darla a conocer a todas las personas. Para ello propone esta asociación (Hermandad Teresiana Universal): “un
medio universal que los abarque todos para honrar a Teresa”. Se trata de una
obra a través de la cual se quiere dar a conocer a la gran Santa “bajo tres
aspectos: su invocación o culto, su doctrina, su santidad y virtudes”, pues,
“es Teresa de Jesús una mina de insondables riquezas celestiales que está por
explotar…” Por experiencia sabe Enrique, el bien que hace a las personas acercarse a la
Santa. ¿Quieres tú conocerla también? ¡Atrévete!
HERMANDAD
TERESIANA UNIVERSAL
“Uno de los más
hermosos y preciosos frutos que ha producido sin duda alguna la primera
peregrinación teresiana es la formación de la Hermandad teresiana universal,
que brotó cabe el corazón transverberado y espinado de la Santa de nuestro
corazón.
Es verdad que tenemos ya en lo que va de cinco años a
esta parte tres obras nuevas, no conocidas hasta hoy, todas consagradas a
promover los intereses de Jesús por medio de su añagaza[1]
Teresa. Tales son la Archicofradía teresiana y de jóvenes católicas, el Rebañito
del Niño Jesús de Teresa, y la Compañía de santa Teresa de Jesús; pero estas
obras teresianas, aunque destinadas a promover los intereses de Jesús no
admiten como miembros activos más que a las doncellas, y de ahí el clamor de
muchas almas que, envidiosas de la suerte de estas afortunadas jóvenes, quieren
también promover los intereses de Cristo bajo la salvaguardia de su Teresa. Y
esto es lo que viene a satisfacer la Hermandad teresiana universal.
Esta Hermandad será el lazo de unión de tantos
corazones que quieren un punto común para animarse y trabajar con ardor. Será
el centro de todas las aspiraciones nobles de cuantas almas suspiren por hacer
algo en bien de sus hermanos. Y si un día, que consideramos no lejano, logramos
reunir en torno de la gran figura de Teresa la falange de misioneros
teresianos, entonces la obra teresiana será cabal, completa, perfecta. Y España
y el mundo todo se regenerarán, porque a todas partes llegará la influencia
salvadora, la acción vivificante de Teresa de Jesús.
¡Ojalá este año sobre el sepulcro de la Santa podamos
ofrecer esta corona, este complemento de todas las obras teresianas! ¡Ojalá por
el día de la transverberación de su Corazón podamos presentarle apóstoles
teresianos en vez de peregrinos teresianos que le presentamos el año anterior!
Entonces sí ya moriríamos gozosos, porque nada más tendría que desear nuestro
corazón en obsequio de la sin par Teresa de Jesús”.
Enrique de Ossó: Revista Teresiana enero
de 1878
[1]Añagaza: señuelo
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